Os traigo hoy esta imagen de una familia sueca, aquí en Göteborg,
paseando a sus hijos y sus perros al mismo tiempo. Es típico en Suecia
el tener en casa dos perros en vez de uno (esta familia tiene tres),
habitualmente de la misma raza por eso de que sean más parecidos en su
carácter o quizás porque esa raza es del gusto de sus propietarios. En
Suecia existe una ley que prohíbe que los perros permanezcan solos en
casa durante más de 5 horas seguidas. Y de eso están bien concienciados
los suecos, que acostumbran a contratar a un canguro o a dejarlos en
guarderías durante la jornada laboral para recogerlos por la tarde. Por
eso, siempre es una buena idea el tener dos perros en casa para que se
hagan mutua compañía. Como os podéis imaginar, el perro de chalet o de finca, esos
perros guardianes que se pasan el día abandonados en un recinto
ladrando histéricamente a todo aquél que pasa por delante de la valla,
tan habitual en España, no existe en Suecia como tampoco existe el perro
sin hogar.
Pero
volviendo a la foto que hoy os traigo y que he hecho esta misma mañana
en las calles de Göteborg, los perros están ejerciciendo el trabajo para
el que fueron tradicionalmente utilizados en su país de origen. Estos
perros son boyeros de Berna o Boyeros de Montaña berneses.
Se llaman "boyeros" porque son perros para el ganado vacuno, para los
bueyes y las vacas. No para guiarlo sino para protegerlo pues son
molosos de montaña, como lo son los mastines, entroncados en el mismo
origen, en los ancestros tibetanos que trajeron los romanos en sus
incursiones hacia el oeste. Miden hasta 7o cm a la cruz, así que son
perros potentes que fueron usados también para la vigilancia de las
granjas y el arrastre de carros de leches y quesos... o incluso de los
carritos con los niños. Gran ayuda sobre todo en las cuestas ¿no?.
Perros
de una imponente belleza y de un carácter equilibradísimo y
cariñoso, son usados hoy día como perros de terapia e incluso de asistencia y resultan ser maravillosos dentro de la vida familiar.
Este Boyero de Berna es un perro de asistencia que además es el más carismático de una asociación sueca de perros de ayuda social.
Son
de los mejores perros que puedan existir para los niños por su
paciencia, su cuidado y ternura, su equilibrio psíquico, por su
capacidad de juego y su capacidad de protegerles sin agresividad. Por
eso es aquí en Suecia un perro bastante popular y ¡ojo! no por ello han
descuidado su carácter, pues aquí se selecciona esto con esmero por eso
de que el perro no es un mero objeto decorativo ni para dejar en el
jardín ni para deshacerse de él cuando a uno le viene en gana.
Tengo
que reconocer que es un perro que me llamaba mucho la atención. Conocí
esta raza en los años 80 en España, en la Exposición Internacional de
Valladolid. Recuerdo que era un extraordinario ejemplar, un gran
campeón, cuya apariencia impresionaba. Era de una belleza espectacular, grande, poderoso y de bonita cabeza.
En la foto siguiente estoy en los Alpes de Suiza, en las faldas del Mont Blanc,
en el año 1993, y ya trabajaba como adiestrador de perros. Aquél boyero de Berna me dejó encandilado.
Menos popular es el Gran Boyero Suizo.
Es el más grande de los boyeros suizos, con un par de centímetros más
de alzada que el bernés según el stándard. Supongo que es menos popular porque tiene el
pelo corto, lo que le hace menos atractivo y le da un aspecto más serio.
En España no se ven. De hecho, yo mismo no he visto nunca en España
esta raza. La foto siguiente es aquí en Suecia, donde podéis verlo en pleno centro de una ciudad,
paseando él solito al bebé de la casa mientras los padres trabajan. Y,
como podéis ver, lo pasea correctamente por el carril-bici, como ha de
ser.
Impresionante, ¿no creéis?.
Bueno,
era broma. En esa foto, que hice en el otoño de 2008, la madre del bebé
y propietaria-madre del perro, quedó oculta fortuitamente tras esa
pareja. Ahora os pongo otra:
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