domingo, 20 de enero de 2013

EL PERRO Y LA LEONA. SEÑORES, ¡PÓNGANSE EL CEREBRO!

Acabamos de asistir en estos días a un interesante ejemplo de cómo pueden llegar a tergiversarse las cosas con ayuda de la tendencia social al pánico, de la incultura y de los intereses periodísticos. Así, de esta misma manera, ven la luz esas leyendas rurales de tan fuerte arraigo que, quienes creen en ellas, aseguran haber visto con sus propios ojos y vivido las absurdas historias que relatan (como la historia, patética por cuanto es creída por los incultos a pies juntillas, de la culebra bastarda que mama de la mujer encamada mientras hace callar al niño ofreciéndole como chupete el extremo de su cola).
Yo me preguntaba, cuando anteayer aún andaban buscando una leona, qué sucedería si nunca la encontrasen. ¿Se convertiría en la leona maldita? ¿se justificarían desapariciones con la presunta predación de una leona misteriosa e invisible?. En fin... dejando de lado estas cosas, la cuestión es que, el sábado pasado, y todo según fuentes periodísticas, unos chavales "habían visto una leona". Al día siguiente, otros dijeron también haber visto al felino. Los periodistas acudieron frotándose las manos. En todos los telediarios vimos imágenes de una leona que ambientaban la noticia y escenas de un cachorro de león con su cuidador, mientras se preguntaban si habría escapado de un circo o de una casa particular.
Medio centenar de efectivos de la Guardia Civil, de los Mossos d´Esquadra, de la Policía Autonómica, de la Policía Local, Agentes Rurales, dos helicópteros y ¡cómo no! cazadores voluntarios a los que se dio permiso para satisfacer sus instintos, batieron el monte sin encontrar a la reina de la selva.
Finalmente, ayer mismo ya dijeron que habían descubierto que se trataba de un perro grande (claro que ¡no tan grande como una leona!) y con unas características que le asemejaban a una leona. Y ahí empezaron de nuevo los comentarios sin conocimiento de causa. En vez de preguntar a un profesional experto, decidieron, una vez más, acudir a la opinión popular. Se habló, en los telediarios, de la posibilidad de que fuera un dogo, quizás dogo alemán, quizás dogo canario (presa canario); "dogo canario" -decían en la noticia, "un perro usado para la caza". Hablaron de la posibilidad de que fuera "un dogo cruzado con otra especie". ¿Con otra especie? ¿Quizás con león?... en fin... Finalmente parece ser que era un cruce entre dogo canario (presa canario) y fila brasileiro, "razas potencialmente peligrosas" como se dejó dicho.

Alguno afirmó que la posibilidad de que el perro huyese de la gente le parecía difícil. Ahí quedó su opinión como si estuviera basada en el conocimiento. "Más vale que lo cacen", decía alguno, sumándose a las afirmaciones de: "ése es el peligro: que su instinto depredador se haga cada vez más fuerte" o "siendo un perro salvaje de esas características no es para estar despreocupados". Surgieron "etólogos" y "expertos" en conducta animal por todas partes.
La policía se preparó para capturarlo vivo o muerto, aunque ya se sabe que, en estos casos, tienen el gatillo fácil, y sucedió lo que yo me esperaba. A las 21.30 anunciaban que se lo habían cargado. Que no había entrado en las trampas y que con dardos anestésicos lo mismo se escabullía. Bueno, más fácil era disparar unas balas. El caso es que el pobre perro, que quién sabe las que ha ido pasando a lo largo de su pobre vida errante y vagabunda, ha muerto y nunca sabremos si podía haber tenido solución, si vivió un imprinting digno o creció en el monte. En todo caso, muerto a balazos de la policía no es una manera ni ética ni aceptable, ni digna de una cultura que se las da de civilizada, moderna y avanzada. Al menos en mi modesta opinión.
Los periodistas, ávidos de noticias y atentos a la mínima oportunidad, andan al acecho ahora, así que esperemos que no venga una nueva "oleada de ataques"...

Dicho sea de paso, advierto de dos cosas sobre el abandono de perros:
1ª. Los perros asilvestrados son un problema tanto por su peligrosidad (en algunos casos, claro) para las personas como por su peligrosidad (y ésta sí que lo es) para el ganado. Sus ataques a los rebaños son achacados al lobo, y paga el lobo justo por el hombre pecador, que abandonó a su perro o no le dio las atenciones que debiera. No debiera haber perros asilvestrados en nuestros campos.
2ª. El año pasado se abandonaron en España más de 110.000 perros. Sólo 3 de cada 10 perros encontrará un nuevo hogar.
Es vergonzoso. Desde Suecia os puedo decir que el país Escandinavo no conoce lo que es el perro abandonado. Convencido estoy de que la diferencia es la cultura ciudadana, que a muchos no les gustará que les diga que es inconmensurablemente superior en Suecia que en España. Pero así es y se nota muchísimo. Concienciados como están, asombrados como se quedan los suecos al ver el maltrato animal que existe en España, en Suecia hay muchas personas que deciden adoptar perros españoles de refugios para darles una vida digna.

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