Cada navidad ocurre que cientos de inocentes cachorros llegan a una
casa, felices, con su futuro sellado por la tragedia del abandono. En
España son decenas de miles los perros que son abandonados por sus
dueños. Muchos de ellos llegaron en navidades como un bonito regalo.
Pero nunca les amaron de verdad. ¿Quién, si no, podría abandonar a su
propio hijo?.
En mi último libro, "Etología del lobo y del perro", escribía un
prólogo mi querido amigo Amando Diego Domínguez. Terminaba su prólogo
con un párrafo que me emocionó:
"Un
perro es capaz de llamar nuestra atención sin ladrar, sin siquiera
moverse, un perro es capaz de reducir nuestro ritmo cardiaco; un perro
es capaz de alertarnos de un ataque de epilepsia; un perro es capaz de
guiarnos si no vemos; pero de lo que nunca será capaz un perro es de
abandonarnos, no se lo permite su ley de vida".
Mis hijas para siempre, a las que yo sí echo mucho de menos en navidad y siempre:
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