domingo, 20 de enero de 2013

50 AÑOS DESDE QUE JANE GOODALL REDEFINIO AL SER HUMANO


Hombre dominando a las bestias.
Sta.Maria de Villanueva. Teverga, Asturias.

El ser humano ha estado desde hace una serie de miles de años queriendo diferenciarse del resto de los animales y de la VIDA como si realmente fuera un ser superior y "elegido" por quién sabe qué fuerzas ya no naturales sino "sobrenaturales" (en fin, ya sabemos...). El caso es que ha estado siempre el humano buscando capacidades que le separasen definitivamente de los demás animales hacia una posición de mayor alcurnia. El ser humano era "el centro del universo". Así nos va.
René Descartes, en el s.XVII, pensaba que los animales eran meras máquinas de acción-reacción. Según él, los demás animales, los animales no humanos, ni sentían ni padecían ni pensaban. Así nació aquello del "animal racional" (el humano) y el "no racional" (los demás animales); el racionalismo, que decía que para adquirir "conocimiento" se requería de la razón. Algo que hoy día todas las especies y, por tanto, nosotros mismos, seguimos padeciendo.
En mis tiempos de la escuela primaria y secundaria, me querían hacer creer algo que no pudieron pues yo ya tenía las ideas muy claras en este aspecto y era consciente que de matemáticas, física, química, geografía... seguro que no, pero que, de conducta animal, sabía mucho más que mis profesores. Pretendían hacerme creer (a los demás sí que se lo hicieron creer a buen seguro) que los animales no pensaban, eran seres "irracionales" al contrario que nosotros... y también que el ser humano era el único que usaba herramientas. Yo ya leía a Lorenz y sabía que hasta los pinzones de Darwin usan palitos para sacar gusanos de los árboles. Pero ¿acaso no habían visto al alimoche Gaspar de Félix Rodríguez de la Fuente? Aunque fuese una conducta genética, usaba piedras para romper huevos y con el aprendizaje comenzaba a buscar las piedras más adecuadas.
Este aspecto, el del uso de las herramientas, fue usado durante mucho tiempo para diferenciar a humano del resto de los animales. Se decía que el ser humano era el único que usaba herramientas. Pero, como era evidente que no era así, pues no sólo otros mamíferos sino aves y otros animales son capaces de usar herramientas, se dijo que el ser humano era el único que tenía capacidad de fabricarse sus útiles.
Ahora se cumplen 50 años de la llegada de la Dra.Jane Goodall a Tanzania con la proposición del antropólogo Louis Leakey de estudiar la conducta de los chimpancés en estado salvaje, algo que nadie había hecho hasta aquél momento. Los resultados de los estudios de Jane Goodall fueron tan exitosos que Leakey envió a Dian Fossey a estudiar gorilas a los montes Virunga y a Birute Galdikas a estudiar orangutanes a Indonesia. No mucho tiempo después de comenzar sus estudios, la joven Jane observó algo que la llenó de emoción. Después de una frustrante mañana, descubre casualmente al chimpancé que bautizó David Greybeard utilizando ramitas para capturar termitas de un termitero. Días después, le vio buscando las ramitas adecuadas y preparándolas quitándoles las hojas. Estaba fabricando su herramienta. Jane se lo dijo a Leakey que, emocionado, pronunció aquella hoy famosa frase de: Ah! ¡Ahora habrá que redefinir al hombre, redefinir las herramientas o aceptar que los chimpancés son humanos!". Aquello resultó ser un descubriento revolucionario para la ciencia, para la etología y también para la teología puesto que desde la Iglesia les resultaba duro aceptar que el humano no era tan especial ni tan distinto. Aquél descubrimiento fue lo que la llevó a conseguir poder continuar su estudio en las selvas de Gombe por tantos años. Y, saltándose los cánones establecidos por la etología contemporánea, personificó a cada uno de los chimpancés que estudió. Su perro Rusty, al que Jane me contó que considera su primer maestro, le dejó claro que los animales tienen personalidad, emociones y razonamiento. Muchos quisieron desprestigiarla, pero no pudieron con ella, puesto que demostró todas sus investigaciones hasta conseguir llegar a ser la más prestigiosa etóloga mundial especialista en chimpancés.
Jane fue descubriendo cómo los chimpancés usaban y modificaban objetos, preparaban hojas para recoger agua de los huecos de los árboles a modo de esponjas, usaban yunque y martillo para romper semillas, lanzaban proyectiles contra otros individuos, etc.
Se defendieron usando la cultura como algo de exclusividad humana. Hoy día, sigue en algunos sectores la caduca concepción antroponcentrista de la cultura, algo que hace tiempo que también fue desechado pues se han descubierto ya muchos comportamientos no heredados sino transmitidos por aprendizaje social y mantenidos por tradición en muchas especies sociales.
Pero eso es otra historia...
El caso es que hace hoy medio siglo que Jane comenzó una bonita relación con el que dice que es el "mundo mágico" de los chimpancés en estado salvaje, en la selva. Aquél tiempo en la selva modeló a la persona que hoy lucha sin cuartel por el que los jóvenes vivan en un mundo mejor.
"Habría demostrado tener muy poca sensibilidad si el milagro y la infinita fascinación de aquél nuevo mundo no hubieran ejercido una profunda influencia en mi manera de pensar. Cada día me acercaba un poco más a los animales y a la naturaleza y, por lo tanto, también a mí misma, y me sentía más acorde con el poder espiritual que respiraba a mi alrededor. Quienes han experimentado el placer de estar a solas con la naturaleza, no necesitan más palabras (...)".

David Nieto Maceín.

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