Vuelvo a escribir sobre la situación de la formación de los adiestradores caninos profesionales. Levantará críticas como otras veces porque hay negocio detrás y porque los propios alumnos defienden la formación que han hecho antes de reconocer sus debilidades.
Ya conté anteriormente que se ha perdido el respeto a la profesión, que se ha envilecido... que cualquiera que pague un curso/cursillo se convierte en SUPUESTO adiestrador en el INAUDITO tiempo de tres meses e incluso menos: un mes, quince días o cinco días. ¿De verdad alguien puede creer que se convierte en ADIESTRADOR CANINO, con TODO lo que eso implica, en tres meses o quince días? ¿Realmente hay alguien capaz de creer esa patraña?
En mi opinión anterior, decía que una formación de un año completo (con teoría y práctica, con clases magistrales, presenciales) da a una persona que tenga aptitudes (por supuesto, no todo el mundo tiene aptitudes o sirve para esta profesión y deberían exigirse pruebas de acceso en mi opinión) unos conocimientos BASE para continuar aprendiendo... igual que quien sale recién licenciado de una carrera universitaria tiene los conocimientos base para empezar a aprender. Pero muchos, nada más terminar su formación, se lanzan, arrogantes y altivos, a trabajar con cualquier perro y, lo que es peor, a formar profesionales sin haber tenido tiempo de adquirir experiencia y conocimientos más allá de los básicos. En resumidas cuentas, tan atrevida es la ignorancia, que ignoran que existe lo que ignoran. Por eso se atreven...
Supongo que un piloto de aviones no se lanza con su formación recién terminada a llevar cientos de pasajeros porque cualquier error se paga con vidas. En ese caso, se vigila su conocimiento y experiencia y se exige profesionalidad técnica. También al maestro de escuela, etc. Todos tienen que hacer un número de prácticas supervisadas y guiadas. Un psicólogo, por ejemplo, tiene cientos de horas de prácticas una vez termina la carrera. Además, si quiere ejercer, tiene que estudiar un máster de una especialidad y realizar otro número de horas prácticas estipulado. A partir de ahí, ya puede empezar a trabajar pero tiene los conocimientos básicos y va a ir aprendiendo humildemente de otros profesionales más experimentados.
En el caso del "educador canino" de hoy día, se permite trabajar solo y libre al inconsciente lego porque sólo lo pagan los perros y sus propietarios. No pretendo comparar profesiones sino criterios de regulación y de ética profesional. Adiestradores que se consideran "titulados" han sido formados en cursos de tres meses (tienen muchos menos conocimientos y habilidades adquiridas que algunos propietarios particulares de perros que han ido regularmente a clases... ¡¡VERGONZOSO!! ) y no tienen ni siquiera la humildad de reconocerlo.
El problema es que los propietarios particulares de perros no tienen forma de diferenciar quién es un adiestrador consagrado, experto y profesional, de un adiestrador de esta otra tipología, si no es informándose concienzudamente y estudiando la trayectoria de cada uno.
La formación de adiestradores o educadores caninos es una formación no reglada ni regulada que se ha degradado hasta lo inaudito en una patraña especulativa impresionante. Así, hay ya "educadores caninos" por todas partes -más que perros- que han sido pseudoformados de múltiples maneras, con diversos criterios -incluso sin criterio-, con diferente calidad o diferente tiempo.
He visto cómo adiestradores caninos -sin experiencia ni conocimientos suficientes, a mi juicio- al no tener suficiente trabajo con perros, se lanzaron a ofertar "formación profesional" como una forma de buscar dinero. Es decir, prefieren formar a su propia competencia cuando ya no tienen clientela por la que competir. A esta formación que ofertan, acuden todos aquellos que buscan salidas laborales a su falta de empleo o buscan una alternativa laboral nueva a la suya. Nada que ver con lo que era antes en cuanto a pasión, afición y vocación total. Hoy estamos ante personas que creen estar capacitadas como adiestradores (con un "título" o "diploma" privado), que han aprendido de otras que se pseudoformaron o se acababan de formar, e incluso ya estamos ante más generaciones: pseudoadiestrores que han formado a otros y, estos, a otros. Imagínese el nivel. Puedo confirmar lo inconcebible: que muchos de mis clientes particulares tienen más conocimientos que algunos de estos pseudoadiestradores profesionales, lo que me produce una vergüenza ajena muy difícil de soportar.
Me he negado a dar clase en las escuelas donde, para recibir dinero de las oficinas de empleo, se abrían a la increíble posibilidad de que los desempleados recibieran formación profesional de adiestradores (gratuita y obligatoria). Me niego a envilecer la profesión de esta forma y a tener de alumnos a personas que no son absolutamente apasionadas de los perros desde la infancia y que por eso quieren aprender. Aceptar eso sería NO SABER QUÉ ES SER ADIESTRADOR CANINO. Que busquen otras profesiones para colmar sus necesidades laborales. Todo esto me revuelve las tripas.
Y a lo que iba hoy. Los adiestradores que antes eran altamente especializados, como los de perros de ayuda social, hoy empiezan directamente con la especialidad. Ya no se forman como adiestradores previamente. Por eso, cuando trabajan con perros, están limitados al entrenamiento de habilidades, y carecen del conocimiento y la experiencia que abarca muchísimos más aspectos fundamentales de la conducta y la educación canina que son absolutamente imprescindibles para este trabajo en su dimensión completa. Es decir, según mi modo de ver las cosas, un entrenador de perros de ayuda social sólo puede formarse en esto si previamente ya es adiestrador canino consagrado (por supuesto, adiestrador canino como yo lo concibo). Claro, que esto que digo levantará críticas porque hay negocio detrás.
Se puso de moda el perro de ayuda social. Muchos se lanzaron a lo que llamaron, a menudo por ignorancia, "perros de terapia" buscando esta salida profesional o publicitaria con la que poder ir a centros para, supuestamente, ayudar con sus perros. Sin saber absolutamente nada de las Intervenciones Asistidas con Perros o de lo que es una intervención terapéutica y del papel que tiene el perro; sin saber que el perro es un apoyo para una intervención guiada por un TERAPEUTA o profesional de la salud.
Ahora mismo, hay multitud de gente dedicada a estos supuestos "perros de terapia", en muchos casos denostando y contaminando a los verdaderos profesionales que utilizan perros en las sesiones terapéuticas con profundo conocimiento y profesionalidad. Se han visto auténticas aberraciones en este sentido. Hay personas que han utilizado perros inadecuados en un intento de ayudar más bien al perro -que necesitaba ser socializado- que a los usuarios. He conocido hasta accidentes causados en las sesiones por perros inadecuados. Bochornoso y vergonzoso. Las Intervenciones Asistidas con perros son algo muy serio y no un entretenimiento divertido para amantes de los perritos.
También aquí, siendo una actividad en la que se interviene en sesiones delicadas relacionadas con la salud, ha aparecido la contaminación de la formación basura. Personas autoformadas que han creado asociaciones desde las cuales imparten formación supuestamente profesional sobre Intervenciones Asistidas con perros (a veces les llaman directamente "perros de terapia"), personas formadas sin una formación previa en educación o adiestramiento canino (recuerdo que esto debe ser una ESPECIALIZACIÓN), muchísima gente formada vía ONLINE a distancia (lo que resulta INAUDITO. ¿Formación a distancia en algo así? Me parece bochornoso)... En fin... Un absoluto desastre, como es costumbre ya. Incluso ya hay también instituciones que aparentan seriedad pero que otorgan titulaciones sin criterios sólidos puesto que se ha hecho todo un negocio alrededor de la formación de "técnicos" y "expertos" en Intervenciones Asistidas con perros.
Desde los centros que acogen una actividad de Intervención Asistida o Educación Asistida con perros deberían informarse concienzudamente de la trayectoria, experiencia y formación de los profesionales debido a todo lo explicado.
Esta es mi opinión y así la he expresado.
David Nieto Maceín.
Ya conté anteriormente que se ha perdido el respeto a la profesión, que se ha envilecido... que cualquiera que pague un curso/cursillo se convierte en SUPUESTO adiestrador en el INAUDITO tiempo de tres meses e incluso menos: un mes, quince días o cinco días. ¿De verdad alguien puede creer que se convierte en ADIESTRADOR CANINO, con TODO lo que eso implica, en tres meses o quince días? ¿Realmente hay alguien capaz de creer esa patraña?
En mi opinión anterior, decía que una formación de un año completo (con teoría y práctica, con clases magistrales, presenciales) da a una persona que tenga aptitudes (por supuesto, no todo el mundo tiene aptitudes o sirve para esta profesión y deberían exigirse pruebas de acceso en mi opinión) unos conocimientos BASE para continuar aprendiendo... igual que quien sale recién licenciado de una carrera universitaria tiene los conocimientos base para empezar a aprender. Pero muchos, nada más terminar su formación, se lanzan, arrogantes y altivos, a trabajar con cualquier perro y, lo que es peor, a formar profesionales sin haber tenido tiempo de adquirir experiencia y conocimientos más allá de los básicos. En resumidas cuentas, tan atrevida es la ignorancia, que ignoran que existe lo que ignoran. Por eso se atreven...
Supongo que un piloto de aviones no se lanza con su formación recién terminada a llevar cientos de pasajeros porque cualquier error se paga con vidas. En ese caso, se vigila su conocimiento y experiencia y se exige profesionalidad técnica. También al maestro de escuela, etc. Todos tienen que hacer un número de prácticas supervisadas y guiadas. Un psicólogo, por ejemplo, tiene cientos de horas de prácticas una vez termina la carrera. Además, si quiere ejercer, tiene que estudiar un máster de una especialidad y realizar otro número de horas prácticas estipulado. A partir de ahí, ya puede empezar a trabajar pero tiene los conocimientos básicos y va a ir aprendiendo humildemente de otros profesionales más experimentados.
En el caso del "educador canino" de hoy día, se permite trabajar solo y libre al inconsciente lego porque sólo lo pagan los perros y sus propietarios. No pretendo comparar profesiones sino criterios de regulación y de ética profesional. Adiestradores que se consideran "titulados" han sido formados en cursos de tres meses (tienen muchos menos conocimientos y habilidades adquiridas que algunos propietarios particulares de perros que han ido regularmente a clases... ¡¡VERGONZOSO!! ) y no tienen ni siquiera la humildad de reconocerlo.
El problema es que los propietarios particulares de perros no tienen forma de diferenciar quién es un adiestrador consagrado, experto y profesional, de un adiestrador de esta otra tipología, si no es informándose concienzudamente y estudiando la trayectoria de cada uno.
La formación de adiestradores o educadores caninos es una formación no reglada ni regulada que se ha degradado hasta lo inaudito en una patraña especulativa impresionante. Así, hay ya "educadores caninos" por todas partes -más que perros- que han sido pseudoformados de múltiples maneras, con diversos criterios -incluso sin criterio-, con diferente calidad o diferente tiempo.
He visto cómo adiestradores caninos -sin experiencia ni conocimientos suficientes, a mi juicio- al no tener suficiente trabajo con perros, se lanzaron a ofertar "formación profesional" como una forma de buscar dinero. Es decir, prefieren formar a su propia competencia cuando ya no tienen clientela por la que competir. A esta formación que ofertan, acuden todos aquellos que buscan salidas laborales a su falta de empleo o buscan una alternativa laboral nueva a la suya. Nada que ver con lo que era antes en cuanto a pasión, afición y vocación total. Hoy estamos ante personas que creen estar capacitadas como adiestradores (con un "título" o "diploma" privado), que han aprendido de otras que se pseudoformaron o se acababan de formar, e incluso ya estamos ante más generaciones: pseudoadiestrores que han formado a otros y, estos, a otros. Imagínese el nivel. Puedo confirmar lo inconcebible: que muchos de mis clientes particulares tienen más conocimientos que algunos de estos pseudoadiestradores profesionales, lo que me produce una vergüenza ajena muy difícil de soportar.
Me he negado a dar clase en las escuelas donde, para recibir dinero de las oficinas de empleo, se abrían a la increíble posibilidad de que los desempleados recibieran formación profesional de adiestradores (gratuita y obligatoria). Me niego a envilecer la profesión de esta forma y a tener de alumnos a personas que no son absolutamente apasionadas de los perros desde la infancia y que por eso quieren aprender. Aceptar eso sería NO SABER QUÉ ES SER ADIESTRADOR CANINO. Que busquen otras profesiones para colmar sus necesidades laborales. Todo esto me revuelve las tripas.
Y a lo que iba hoy. Los adiestradores que antes eran altamente especializados, como los de perros de ayuda social, hoy empiezan directamente con la especialidad. Ya no se forman como adiestradores previamente. Por eso, cuando trabajan con perros, están limitados al entrenamiento de habilidades, y carecen del conocimiento y la experiencia que abarca muchísimos más aspectos fundamentales de la conducta y la educación canina que son absolutamente imprescindibles para este trabajo en su dimensión completa. Es decir, según mi modo de ver las cosas, un entrenador de perros de ayuda social sólo puede formarse en esto si previamente ya es adiestrador canino consagrado (por supuesto, adiestrador canino como yo lo concibo). Claro, que esto que digo levantará críticas porque hay negocio detrás.
Se puso de moda el perro de ayuda social. Muchos se lanzaron a lo que llamaron, a menudo por ignorancia, "perros de terapia" buscando esta salida profesional o publicitaria con la que poder ir a centros para, supuestamente, ayudar con sus perros. Sin saber absolutamente nada de las Intervenciones Asistidas con Perros o de lo que es una intervención terapéutica y del papel que tiene el perro; sin saber que el perro es un apoyo para una intervención guiada por un TERAPEUTA o profesional de la salud.
Ahora mismo, hay multitud de gente dedicada a estos supuestos "perros de terapia", en muchos casos denostando y contaminando a los verdaderos profesionales que utilizan perros en las sesiones terapéuticas con profundo conocimiento y profesionalidad. Se han visto auténticas aberraciones en este sentido. Hay personas que han utilizado perros inadecuados en un intento de ayudar más bien al perro -que necesitaba ser socializado- que a los usuarios. He conocido hasta accidentes causados en las sesiones por perros inadecuados. Bochornoso y vergonzoso. Las Intervenciones Asistidas con perros son algo muy serio y no un entretenimiento divertido para amantes de los perritos.
También aquí, siendo una actividad en la que se interviene en sesiones delicadas relacionadas con la salud, ha aparecido la contaminación de la formación basura. Personas autoformadas que han creado asociaciones desde las cuales imparten formación supuestamente profesional sobre Intervenciones Asistidas con perros (a veces les llaman directamente "perros de terapia"), personas formadas sin una formación previa en educación o adiestramiento canino (recuerdo que esto debe ser una ESPECIALIZACIÓN), muchísima gente formada vía ONLINE a distancia (lo que resulta INAUDITO. ¿Formación a distancia en algo así? Me parece bochornoso)... En fin... Un absoluto desastre, como es costumbre ya. Incluso ya hay también instituciones que aparentan seriedad pero que otorgan titulaciones sin criterios sólidos puesto que se ha hecho todo un negocio alrededor de la formación de "técnicos" y "expertos" en Intervenciones Asistidas con perros.
Desde los centros que acogen una actividad de Intervención Asistida o Educación Asistida con perros deberían informarse concienzudamente de la trayectoria, experiencia y formación de los profesionales debido a todo lo explicado.
Esta es mi opinión y así la he expresado.
David Nieto Maceín.
Totalmente de acuerdo. No es que yo me crea el gran Adiestrador ni nada por el estilo, pero creo que me instruí bien y me forme con los años y los casos.
ResponderEliminarFalta reglamentación. Aquí en Argentina muchas veces me encuentro con casos que fueron muy mal llevados por adiestradores mal formados. Saludos!
Absolutamente de acuerdo contigo David. Yo me he encontrado en el camino personas como las que cuentas. En el campo de las Intervenciones Asistidas, ahora parece que cualquier persona que tenga un perro y ganas de dar un giro a su vida laboral, puede dirigir una sesión.
ResponderEliminarCon mi experiencia laboral de casi 30 años con colectivos como la diversidad funcional y autismo, puedo asegurar que no todo el mundo vale para ello.
Formación seria, por favor.